Crónica de Sevilla

Ayer se vivió un día mágico en Sevilla. Para empezar, el lugar, La Carbonería, tiene un encanto especial. Un viejo almacén de carbón lleno de rincones que, por su distribución, permite que el acto se celebre de forma distendida. No hay un escenario y un público, sino que hay gente sentada por toda la sala, que va interviniendo. Hay gente que narró sus textos de pie, otros sentados, arriba del estrado, abajo, desde su sitio... Eso contribuyó a que el ambiente fuera relajado, que pudieran gastarse bromas. Había amigos que narraban su texto, entraban a la barra a pedirse un tinto y salían con su tinto a seguir disfrutando del acto. El aforo fue amplio, unas cien personas compartieron el día con nosotros.

Además, "Mario estuvo allí". Era especialmente emotivo narrar en un sitio en el que sabíamos que Benedetti había estado y que le agradaba especialmente.

La música acompañó especialmente. El pianista, y el dúo de flauta y clarinete, crearon la atmósfera idónea para una tarde de poesía.

Hubo textos de muchos tipos, desde los que rozaban el erotismo, a los más crudos que hablaban del compromiso ético de Benedetti, y hubo momentos especiales, como los dos poemas que los amigos de La Madeja nos ofrecieron en lengua de signos, dibujando los versos en el aire, o la conexión telefónica con Granada. Fue precioso sentir que una sala abarrotada guardaba silencio absoluto, pendiente de un poema que salía de un teléfono móvil desde Granada. La poesía saltándose fronteras, y uniendo ciudades.

Las contribuciones de las Asociaciones participantes, La Madeja, La Avellaneda y Baratillo Joven, fueron muy bellas, llenas de entusiasmo. Avellaneda y Saray de Baratillo, contribuyeron con poemas propios, haciendo crecer el acto.

En el vídeo que sigue podeis ver las fotos del acto, mientras que de fondo se oye el sobrecogedor testamento de Benedetti. Pura magia. Las fotos, la voz y el montaje del vídeo son obra (maestra) de Edith Checa. Como siempre gracias, Edith.